domingo, 15 de mayo de 2011

Claudia.

Me ha recordado absolutamente todo lo que me hacía falta recordar. Tal vez, ha sido mejor que su regalo viniese por estas fechas, en las que realmente lo necesitaba.

Aquella “cutre forma”, como tú llamas a la forma de conocernos, ha sido de las mejores cosas cutres de mi vida. Y ¿Cómo algo tan cutre pudo convertirse en algo tan sumamente grande?
Dios mío, no he podido evitar las lágrimas y mucho menos las sonrisas, ha sido capaz de plasmar exactamente mis palabras, me he visto reflejada en su forma de escribir. Y creo que es simplemente porque es de las personas que más saben de mí.
Me ha recordado todos y cada uno de los momentos únicos, unos más insignificantes que otros, pero, todos únicos. Sabe que para mí las pequeñas cosas son muy importantes y significa mucho para mí que los recuerde absolutamente todos tanto como los recuerdo yo.

Además, ha sido capaz de recordarme quien soy, y nunca nadie me había definido tan exactamente como soy,  con mis defectos y virtudes, o como tú dices “TAN CLAUDIA”. Siempre con los pies en la tierra y capaz de decir NO aunque quiera decir lo contrario.
Últimamente, yo misma no sabía nada de mí, necesitaba reconocerme y no lo lograba. Supongo que por mil cosas a la vez. Y supongo que por un carácter, una forma de ser, y una forma de cometer errores impropios de mí.
Gracias por recordarme quien soy, por recalcar que mi sonrisa era lo que solía destacar de mí. Mi reír y no parar.

Y es que, no simplemente hay recuerdos del pasado, sino también recuerdos del futuro que están por llegar. Porque no pienso dejar de recordarlos nunca, y porque jamás nadie podrá sustituirlos. Si es capaz de recordar hasta mi forma de temblar, mi forma de llorar y mi forma de hablar como una insolente, yo soy capaz de recordar todas y cada una de las cosas que le hacen ser quien es, llamarse como se llama. Si tuviese que definirle en una palabra creo que tendría que incluir miles de facetas en una, y tal vez solo podría escribir su nombre.

Habla de que le guarde siempre un hueco en mi vida, pero es que jamás nadie podrá ocupar ese hueco.
Gracias por aparecer siempre en el momento oportuno, cuando más te necesito, cuando nadie te lo pide y simplemente apareces.
                                                                                                                    -Claudia.
“Escenas únicas de las que no hay imágenes pero están grabadas en mi mente                         como un tatuaje en la piel”

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